La gallinita ciega: vénda los ojos con un pañuelo de seda, un antifaz o con cualquier trapito. Que no sepa por dónde esperar tu ataque. Se tendrá que concentrar en lo que siente y el jueguecito en cuestión pondrá a tu pareja cardíaca perdida. No te prives de nada, bésala y acaríciale por donde menos lo espere, lame las zonas erógenas y que se centre sólo en sentir, no en ver.
La dulce espera: la intensidad del orgasmo es directamente proporcional a la excitación. Pues tortúralo parando en seco cuando esté a punto de alcanzar el clímax de placer. Al principio tal vez se queje, pero después de dos o tres veces de haberlo sometido a esta "dulce" tortura, cuando finalmente dejes que toque las puertas del placer, la sensación será mucho más intensa y profunda.
La mujer tiene una forma sublime de excitar a un hombre hasta límites insospechables (lo se por experiencia), y el "de aquí no te escapas" es un juego increíble. Una vez que esté en tu interior, contrae tus músculos vaginales. Esta sensación multiplicará su placer. Puedes jugar a contraer y dilatarlos cuando esté dentro tuyo. Hay doctrinas hindúes que aseguran que así, sin más movimiento, se puede llegar a alcanzar el orgasmo. Seguramente no llegarán a tanto, pero será divertido y aumentarás su placer. Para perfeccionarte en esta técnica puedes hacer gimnasia vaginal, es decir contraer y distender los músculos de esta zona. Es un ejercicio sencillo que puedes realizar en cualquier lugar y que, además, mejorará tu orgasmo.
Átame: Átala a tu chica a la cama. No se trata de un sentido figurado, sino literal. Utiliza pañuelos para sujetarla a tu cabecero impidiéndole que se mueva mientras tu decides como enloquecerla (Si decides usa cuerdas, cuidado; no apretar muy fuerte, dejar las cuerdas holgadas y has nudos fáciles de deshacer, sino podrás generar un problema a tu pareja en las muñecas). También puedes jugar, hacerlo esperar tus caricias hasta la exasperación, aprovecha para lamerle los pezones con suavidad, tocar su sexo con tu lengua, tus manos...frotarte con ella mientras está inmovilidaza. Lo gozará.
Hacer una Cubana: Supongo que es una postura conocida por todos. En España se dice hacer "una cubana", en Italia, Alemania (“spanischer sex”) y Francia (“branlette espangole”). En Chile y en México, en cambio, se conoce como “hacer una rusa” y en Argentina, “hacer una turca”. En el resto del mundo a esta práctica se la llama "hacer una española" y con este término nos referimos al coito intermamario.
Lo que se esconde tras el sexo "español" se explica rápido: el pene del hombre se frota entre los pechos de la mujer, que se mantienen juntos apretándolos con las manos, hasta que él llega al orgasmo. Terminando generalmente en el pecho de ella. Esta variante sexual es muy apreciada, especialmente por los hombres.
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