Recuerdos que empiezan en mi más tierna juventud; cuando en un viaje le dí el disgusto de mi vida a mi santa madre al perderme en la playa, me encontraron, pero horas después dormido acurrucado en una barca y no, no es un despertar agradable ver como te abraza tu madre entre lloros por la angustia de la casi perdida.Pasamos por la madurez y mis primeros pinitos en las fiesttas algún "viaje" me produjo, me planteé muchas cosas, y ninguna era buena, pero considero que era un viaje necesario, para aprender hay que ir a campo, no vale únicamente el estudio en libros.
La primera chica con la que estuve me mando de ida al país de los gozos y las fantasías, de la lujuria y satisfacción, un país que me fascino y un viaje que no quise olvidar en que consistía. Un viaje que nunca querré dejar de hacer.Mi primer vuelo de 13000Km, casi a las antípodas españolas, un viaje solitario lleno de aventuras personales y descubrimientos culturales otorgados por una cultura que me enloqueció y me enamoró, un viaje para encontrarme a mi mismo y saber quien realmente era y seré, las respuestas nunca vienen solas, a veces hay que ir a por ellas.
Mi primer viaje romántico, en un país al que le vuelco respeto y devoción, un país donde una gran parte de mí quedó impregnada por el y otra parte que no volverá a mi y me sigue esperando allí, tanto por el romanticismo que innheré como la pasión que adquirí.
Actualmente estoy en un viaje continuo, un viaje de aprendizaje, de lloros, de victorias y de satisfacciones e ilusiones renovadas. Un viaje eterno que mi mente no dejará pasar por alto.
Nunca paré de viajar, de una u otra forma, y espero no parar nunca.
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