martes, 11 de enero de 2011

Miedos

Quién no echa de menos la infancia de vez en cuando. Cuando eres pequeño sólo te importa lo que te apetece en ese momento, y qué felicidad, no hay pre-ocupaciones, ésas que ocupan tu maravilloso tiempo antes de lo debido. Y si algo no es como quieres te coges un berrinche y olvidado al rato quedando tan sólo lo que has aprendido sin darle vueltas a lo que pasó. Y cuando hasta para los miedos había un remedio como era un abrazo de una madre, siendo miedos hasta más lógicos que los que nos buscamos según nos vamos volviendo adultos.
El miedo en principio no debería ser algo malo, al fin y al cabo es un mecanismo instintivo de supervivencia que nos pone en alerta ante algo que podría ser peligroso, pero según crecemos nos creamos miedos irracionales, que no sirven para nada, sólo para pasarlo mal o en el peor de los casos nos hacen perder oportunidades y posibles buenos momentos, pero aún sabiéndolo parecen imposibles de controlar.
Existen miedos a todo lo imaginable, aunque hay muchos muy comunes, miedo al dolor, a caerse, miedo a la muerte, a pesar de que nos recuerda que estamos vivos , miedo a ser rechazado, a quedarse sólo, a quedarse sin trabajo, a fracasar, a no dar la talla, a quedar en ridículo como un idiota, al compromiso, a enamorarse, a crecer, envejecer sin cumplir, a estar equivocado, a las noches y a las mañanas, al qué dirán, al qué diré...miedos a los que les han puesto nombre propio, como son las fobias, como a las arañas, a los payasos, a los sitios abiertos, a los sitios cerrados, a la sociedad, que desde fuera pueden parecen tan absurdos, pero desde dentro a veces se convierten en barreras.
Hay quienes se aprovechan de los miedos, como son los jefes, los políticos, que nos ponen contra las cuerdas, incluso los padres los utilizan, aunque éstos lo suelen hacen por nuestro bien y no por el de ellos, de ahí “que viene el Coco”.
A todo el mundo afecta el miedo, en mayor o menor medida, y nos mueve o nos paraliza, y normalmente más de lo que creemos, pesan más veces incluso que nuestras ilusiones, aunque sólo nos demos cuenta a veces, ya que suele estar ahí el miedo a equivocarnos, cosa que nunca se llega a saber con certeza, pudiendo llegar a hacer que al final ni hagas nada. Sé que no descubro nada, hay mil canciones, libros, etc. pero siempre habrá una pregunta - “¿Qué harías si no tuvieras miedo?”-

3 comentarios:

  1. Amen, ahora siendo adulto tengo miedos que no debería tener, incluyendome a mi mismo!

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que sin miedo la vida no sería tan emocionante...

    ResponderEliminar
  3. Por supuesto, siempre que no se convierta en un problema, como reza una canción de Heroes del Silencio "el miedo es un ladrón al que no guardo rencor"

    ResponderEliminar