martes, 26 de octubre de 2010

Situaciones cotidianas

Existen un montón de situaciones cotidianas que se dan entre el hombre y la mujer, son situaciones realmente simples y que no tienen más, pero que la mujer(ese gran desconocido) es capaz de volverlas contra nosotros con una facilidad pasmosa y donde con frecuencia sale el famoso “Tú verás”(ya tratado por nuestras víboras amigas en el blog soyunavibora). A veces hay “pregunta trampa” en la que da igual lo que contestes, pero hay otras en las que ni eso, simplemente no has hecho o dicho algo porque sí, pero según ellas estaba claro lo que había que hacer, estaba todo en su mente y no lo hemos sabido ver.
En esta primera entrada de estas situaciones trataré el asunto de cuando una mujer vuelve de la peluquería. Un punto a favor de la mujer, y sin que sirva de precedente, es que en las peluquerías muchas veces hacen con tu pelo lo que les sale de ahí mismo, y lo que les gusta experimentar “según tu cara y tu estilo”... es como si vas a la frutería y pides plátanos y te vuelves sin ellos pero con un maravilloso melón que ni siquiera te gustan, pero pegaban con tu cara(qué pasa que tengo cara de melón?), parecen comerciales que te enredan, con todo esto pues es normal que vuelvan de ellas con más sensibilidad de la normal. Muchas dicen “si lo hago por mí, para verme yo bien” si, ya, por mí... “por mí, y por todos por mis compañeros”, porque aunque no te guste como le queda deberás decir que está estupenda.
Puede que vuelvan con un cambio radical de corte de pelo, los cambios bruscos de primeras siempre impactan(aunque a veces sea favorable el cambio), y cuando lo veamos de sopetón se nos notará en la cara al instante(madre mía la que se ha hecho...) y después sonreirás forzadamente, pero ya es tarde, y da igual lo que digas, tu cara habló, y aunque no le guste ni a ella lo que se ha hecho debías decir lo bien que la queda.
Hay veces que sólo se cortarán las puntas, qué son 2cm frente 30 o 40(bueno, depende de qué hablemos), como para darte cuenta. También es cierto que a veces el cambio es perceptible y no nos fijamos, por lo que no decimos nada, entonces ella dirá “he ido a la peluquería...”, ahí sí que estás perdido, pasó el tiempo en el que te podrías haber ganado la gloria, y bueno, como ya no hay escapatoria puedes optar por hacerte el graciosete y por lo menos aguantar el chaparrón con razón y soltar “y qué pasa, ¿estaba cerrada?”, y el resto lo podéis imaginar...

4 comentarios:

  1. Lo cierto es que a veces nos gustaría intercambiar nuestra cabeza por un melón, a ver si así los hombres,os dais cuenta de las cosas. Será entonces cuando con total seguridad nos diréis eso de: "Te veo distinta... ¿Te has hecho algo en el pelo?"

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  3. Que afán de querer que nos demos cuenta de todo...no es más simple, indicar la obviedad...-cariño he ido a la peluquería! que te parece?...se evitan muchos malos tragos puntuando desde un inicio!
    Kisses viboras y mitridatisacinadores!

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  4. SI,LO MALO ES CUANDO PUNTUAS BAJO...

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