Algunos me habéis propuesto que eleve el "tono" del blog, mostrando e ilustrando algo de sexualidad; como hemos dicho siempre en El Antídoto de la Víbora, os escuchamos y si merece la pena, lo estudiamos y plasmamos.
Hemos pensado en crear otra nueva sección dedicada a eso que tanto gusta a hombres y a mujeres, sexo.
No penséis en pornografía ni imágenes explicitas, nos basaremos en el sexo como lo que es un arte digno de estudio y práctica.
Empezaremos remontando el vuelo por los albores del antiguo Egipto.
Autoerotismo Divino
En el Egipto predinástico y en las primeras etapas de su desarrollo histórico, las sacerdotisas acompañadas de eunucos realizaban rituales orgiásticos en honor de la Diosa Madre. La ceremonia consistía en la autoestimulación erótica de las saterdocisas con objetos artísticos de formas fálicas. También usaban para estos ritos los llamados alabastrones, uans vasijas contenedoras de perfume talladas en alabastro con forma cilíndrica, que simulaban la forma de un pene, y de base redonda. Estos objetos, además de servir como consolador ceremonial, se colgaban por sus asas del cuello femenino a modo de talimán. Eso explicaría por qué el vocablo alabastro pasase al griego con el significado de insaciable.
Ataduras Precoces
Las mujeres egipcias solían casarse entre los 12 y los 14 años, mientras que los hombres lo hacían sobre los 16.
Hay esposas y esposas
El Imperio Antiguo, el faraón era el único varón que podía tener varias esposas legítimas. Pero éstas tenían diversas categorías: por ejemplo, las de rango inferior nutrían el harén, para satisfacer sexualmente al soberano. Sólo unas pocas mujeres, con toda seguridad emparentadas familiarmente con el faraón, eran auténticas reinas que por lo general podían ser enterradas en pequeñas pirámides subsidiarias construías al lado de la de su esposo.



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