Un pequeño concierto, un pequeño grupo, un pequeño premio y un pequeño disfrute. Imaginad que está mal en la frase anterior, exacto pequeño, porque lo vivido ayer con Sôber en la sala Cats, no fue pequeño en ningún sentido.
Ya antes del empiece se oían rugidos de grandiosidad, y eso que el concierto era para menos de 500 personas, ánimos de disfrute y ganas de darlo todo por parte del ferviente público y del alegre grupo.
Pero no era Sôber todo lo que albergaba la sala Cats, como preludio a los de Rivas aparecieron Darknoise siendo un artista invitado, el estudio de tatuajes de Segovia ‘Pura vida’ estuvo tatuando la iconografía de Sôber a todo aquel que se acerque por su puesto, como el cantante de Dark Noise Jesús Maciá que se tatuó una bonita Ô en el concierto. Y como no pueden faltar tands de ropa en este mundillo, pues podías elegir entre dos stands, el oficial de Sôber y el de presentación de la firma de ropa ‘Metalhead’, propiedad de la popular actriz y presentadora de televisión Pilar Rubio.
Un concierto en el que, siendo la gira Morfología 2012, el éxtasis llegó nada empezar tocando La prisión del placer. Tocando todo el morfología y acabar tocando Arrepentido, hombre de hielo o incluso Araña de otros discos. Durante dos horas de intenso y deslumbrante Sôber se podía observar el buen trabajo tras de los de Rivas, unos técnicos de sonido de gran trabajo (aunque al final de la sala se oía un pelín bajo) y unos reporteros gráficos inundantes por las sala (¿sacarán un DVD de la gira?).
| —Raúl Cimas— |
En medio del típico parón de todo grupo apareció, de forma un tanto sorpresiva, el cómico y showman Raul Cimas (Hora Chanante, Muchachada Nui, Museo Coconut,..) y entregar él mismo el disco de Oro por las 30.000 copias del Disco de Morfología, que a mi modo de ver bien merecido por un disco del cual no hay tema que desperdiciar y que mucha gente cataloga como el mejor trabajo de la banda ripense. El impulso de los espectadores era apabullante ante tal momento, todos estaban disfrutando del momento (servidor incluido). El punto más cómico del concierto lo dio Raul Cimas, cuando hablando (alabando) a la banda se confundió y en vez de nombrar Sôber nombro Dover, supo salir del paso haciendo como si se leyera algo inscrito en su mano, un artista de lo cómico.
Tan intensa fue la cosa que Carlos Escobedo (bajista y cantante) llegó un momento que tuvo que relajarse la muñeco con masajes y tenía cara de subrir un poquito,... literalmente se dejó la mano.
He visto ya unas cuantas veces a este gran grupo, que se nota que me encanta, y creo que puedo decir que es el mejor directo que he visto de ellos.
Espero volver a disfrutar pronto de su música, su inmersión y del bello mundo paralelo al que me someten en cada concierto y volver a llevarme otra púa de J.Escobedo o uan baqueta.
| —Preciosa— |
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