martes, 9 de junio de 2015

Steampunk

 Siempre nos hemos categorizado por las tendencias de cada época, de cada momento. Pero hay tendencias, que se quedan de forma atemporal, ya sea por lo impactante que es o por lo excéntrica que parece. Tendencias góticas, renacentistas, lolitas, pin-up, etc...

Pero en el mundo hay una tendencia que siempre es increíblemente impactante en el ámbito de que a todo el mundo le gusta y nadie queda impasible ante ella, el STEAMPUNK.
El steampunk fue, en sus inicios, un subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción especulativa que surgió durante la década de 1980 a manos de escritores conocidos por sus trabajos cyberpunk. A día de hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural y no tan solo literario. El steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante y, por normalidad, asentada en Inglaterra durante la Época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía.

El steampunk es un subgénero literario, habitualmente ucrónico, e impulsado por las corrientes retrofuturistas, centrado en la segunda mitad del siglo XIX, en las épocas victoriana y eduardiana, momento en que la Revolución Industrial se encuentra en su apogeo.

El mundo que imagina el steampunk, como se puede descubrir, es un mundo que parece anclado en las historias de Julio Verne y H.G. Wells, padres de la moderna ciencia ficción, pero lejos de la realidad, tan avanzado científicamente, en su extraña y retorcida forma de hierro, carbón y vapor, como el nuestro. El steampunk también debe su inspiración en novelas de aventuras y ciencia romántica, como las de Arthur Conan Doyle, Mark Twain y Mary Shelley. El subgénero recurre usualmente a realidades supuestas en las que la civilización ha tomado un camino científico diferente al actual, reemplazando la electrónica, los modernos combustibles y otros avances científicos por la tecnología del vapor (steam en inglés) y la combustión del carbón. Como ejemplo y tal y como presenta la novela La máquina diferencial de William Gibson y Bruce Sterling, se plantea la posibilidad de haber avanzado a la actual era de la informática por medio de máquinas sumadoras similares a la de Charles Babbage (con ruedas dentadas y tarjetas perforadas) en vez de la válvula de vacío y posteriormente del transistor. El steampunk, por tanto, se sitúa en un punto donde la sociedad ha abrazado un camino más consumista gracias al positivismo depositado en pos de la ciencia y la tecnología, donde éstas, conceden a la gente que mora en este diferente mundo, una vida cómoda y emocionante pero sin llegar al distópico control o decadencia habituales de otras tendencias en la ciencia ficción como el cyberpunk o, en ocasiones, el dieselpunk.

El steampunk original, ya que a día de hoy este subgénero se ha convertido en un movimiento plástico y maleable, es más positivista frente a la tecnología, mostrando esta casi de forma romántica, donde sus historias son claramente utópicas y optimista, donde los problemas de esa época (superpoblación, racismo, pobreza y desempleo) conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor.
 
El estilo Steampunk lo habéis podido ver de la forma más simple, en el cine, quién no ha visto la película protagonizada por Will Smith, Wild Wild West. La araña de vapor, la silla creada por el inválido doctor Arliss Loveless (Kenneth Branagh), por ejemplo.

El mundo de los videojuegos no se quedó al margen ni mucho menos, títulos como bioshock (uno de mis favoritos, aprovecho a puntualizar) predomina el steampunk en cada pixel que se muestra por la pantalla.

Os recomiendo que veáis el blog https://alrededordelmundo.wordpress.com/ el primer blog castellano de steampunk. Lo único, aviso, vais a quedaros boquiabiertos de la belleza de la estética de todo lo que os vais a encontrar.

¡Que lo disfrutéis!.

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